19 oct 2011

Mucho cuidado con la depresión


SANTO DOMINGO. Hay gente que culpa la economía, las presiones "normales" de la vida diaria, un duelo que ha durado demasiado o un desbalance químico en el cerebro. Sin quitarle mérito a la causa, lo cierto es que la depresión está llegando a niveles epidémicos. Uno de cada diez americanos enfrentarán en algún momento de sus vidas un cuadro clínico de depresión y menos de la mitad buscará tratamiento.

Si no se trata adecuadamente, la depresión impacta su productividad, su vida familiar y su salud al completo.

Algunos médicos sugieren combinar cambios en el estilo de vida y de alimentación que pueden ayudar a sobrellevar mejor los efectos colaterales de la medicación o para acelerar las bondades del tratamiento. Si está visitando un especialista, hable con él acerca de estas opciones.

Ejercítese: El ejercicio hace que el cuerpo libere serotonina y endorfinas que ayudarán a que se sienta de mejor humor, sin contar con que el ejercicio es el mejor antiestrés que existe. Se recomiendan 30 minutos de ejercicio, de 3 a 5 días a la semana.

Alimente su cerebro: El cerebro está conformado en gran parte por grasa, por eso es tan importante mantener una ingesta adecuada y continua de ácidos grasos Omega 3, presente en pescados azules, mayormente. Los ácidos grasos Omega 3 además reducen los procesos inflamatorios en el cuerpo, otro factor que contribuye con los cambios de humor. Existe en el mercado suplementos de Omega 3 y Omega 6 en el caso de comprobada deficiencia.

No pierda de vista sus intestinos: Un desbalance de bacterias "buenas" o "malas" en sus intestinos pueden afectar el estado de su mente. Cuando tiene mucho tiempo tomando cierto tipo de medicamentos, su flora intestinal comienza a resentirse y provocar otros efectos indeseables. Los probióticos son elementos naturales que contribuyen a la regeneración de la flora intestinal. El yogurt está disponible todo el año.

Suficiente vitamina D: En países con inviernos muy crudos y donde el sol brilla por su ausencia, hay un serio aumento de casos de suicido y depresión. Esta vitamina, que se activa con la luz del sol, ayuda a regular enzimas responsables de la producción de neurotransmisores que el organismo necesita para funcionar adecuadamente. Aunque en el trópico el sol no es un problema, tómelo en cuenta si lo trasladan a Siberia.

Siga una dieta mediterránea: Cuando se lleva de forma consistente, este estilo de alimentación cardiosaludable ha demostrado que reduce el riesgo de depresión en un 30%. Es un régimen alimenticio que incluye abundancia de pescado graso, vegetales de hojas verdes, granos, nueces, semillas y aceite de oliva.

Descarte la comida chatarra: Los súbitos aumentos de energía, que generalmente sobreviene a un "almuerzo" de carbohidratos vacíos, provoca un efecto yo-yo en su organismo. Otros estudios demuestran que las grasas "trans" causan inflamación y aumentan el riesgo de depresión en 48%. En España se están llevando a cabo tratamientos de prueba que incluyen la eliminación gradual y estudiada de grupos de alimentos, entre ellos los lácteos y cereales con gluten que en algunas personas provocan inflamación.

No ahogue sus penas: Dicen las malas lenguas, que no existen mejores nadadoras. Aunque el alcohol aparente hacerlo sentir mejor por un rato, lo cierto es que es un conocido "depresor" que altera la química cerebral y el humor. Si quiere alejarse de la tristeza, aléjese del alcohol. Evite un problema mayor.

Síntomas de depresión

Son muy variados y responden a diversas causas. Estos son las más comunes y visibles. No intente autoevaluarse, mucho menos automedicarse. Visite un especialista.

• Cambios en los patrones de sueno, apetito o actividad.

• Fatiga o poca energía.

• Pérdida de interés en actividades que antes le causaban placer.

• Dificultad en concentrarse, recordar o tomar decisiones.

• Sentimientos de tristeza, desesperanza, culpa, irritabilidad, baja estima, agitación.

• Pensamientos de muerte o suicidio.