23 jul 2010
Padre de Sobeida Félix quiere visitarla
Escrito por: YAMIRA TAVERAS
SOSUA, PUERTO PLATA. El padre de Sobeida Félix Morel, sindicada como parte de una red de lavado de activos, dijo que le gustaría ir a verla a la cárcel, aunque sea dentro de un mes o cuando le permitan verla, para decirle que siempre estará orando por ella.
Con tímida inquietud y ojos lagrimosos, don Pablo Félix comenta que tanto él como sus hijos lo que quieren es que Sobeida esté bien y que las autoridades velen por su vida.
“Me gustaría verla y decirle que oro por ella todos los días para que no le pase nada. Yo quiero que mi hijo Papulo, quien vive aquí con nosotros, me lleve. No tiene que ser ahora, sino cuando se pueda. Pero quiero verla, dice, mientras se frota las manos una y otra vez, siempre mirando bajo. Habla de sus achaques en las rodillas, que casi no le permiten moverse con facilidad y de su preocupación por la situación que vive su hija.
El Pato, como le dicen sus familiares, habla muy bajo, pero sube un poco el tono de su voz para contar que no sabía de su relación con José Figueroa Agosto y que todo lo que sabe es porque los periodistas lo dicen y porque estuvo presa.
“Mi hija pasó solo por un rato a vernos el día que salió de la cárcel y nunca más, ni su madre ni yo volvimos a saber de ella. Nunca una llamada, nada. Yo no sé quién es ese Figueroa Agosto, ella vive su vida y nunca nos dice nada de ella”, dijo.
Él y su esposa procrearon 9 hijos, 7 hembras y dos varones. Sobeida es la menor del grupo y siempre trabajaron muy duro para sostenerlos, refirió.
Al preguntarle si en algún momento sintió que su hija estaría muerta, confesó que su corazón de padre le decía que en algún lugar ella estaría, pero que nunca pensó que fuera en Puerto Rico, y aclaró que duda que sus otros hijos supieran de su paradero. El octogenario vive de manera humilde en un anexo del apartamento 202 del edificio 81 del residencial La Unión de Sosúa, Puerto Plata. Al lado vive Juana Morel, madre de Sobeida, quien se encuentra postrada, aquejada de una trombosis, alejada de toda realidad. Los vecinos dicen que la mente de la señora Juana Morel es la de un niño, desde hace mucho tiempo, cuando vivía en Suiza con sus hijas y comenzó a dar síntomas de pérdida de memoria.
“A esa señora la trajeron de Suiza porque le estaba ocasionando problemas a sus hijas, por la pérdida de la memoria, y al poco tiempo le dio la trombosis y quedó paralítica. Estos señores viven solos con un hijo y atendidos por una señora que la lleva a dar las terapias”, explicaron.