Por Manuel Antonio Vega
El gobernador Jesús Mejía, confirmó la crisis del líquido y la atribuye a que se dañaron los paneles solares y la bomba de impulsión en la toma de agua.
Las familias más pobres que no disponen de 25 pesos para comprar garrafones, tienen que recorrer largas distancias donde hay pozos y la parte alta del río Soco, para poder abastecerse de agua.
El funcionario prometió que la escasez terminará pronto, con la colocación de una bomba nueva por parte del INAPA.
Lidia Padua, presidenta de la Asociación de Mujeres en Desarrollo de El Seibo, advirtió sobre la desesperación que impera en los hogares por la falta del preciado líquido.
Denunció que las aguas del río Seibo no se puede consumir porque allí descargan cientos de sanitarios de viviendas a ambas riberas del afluente.
an-am