27 nov 2011
La naturaleza del vino
Hay un factor trágico que acarrea la desintegración familiar: el vicio. Ya sea el alcohol, la droga, la adicción sexual o los juegos de azar, el vicio destruye no sólo a la persona a la que tiene esclavizada sino también a las personas que la rodean.
En demasiados casos esas personas son su propia familia. Esto se debe a que, como dice el gran proverbista, el vicio domina la mente y el corazón del cautivo, y no le concede el uso de la razón.
«No te fijes en lo rojo que es el vino, ni en cómo brilla en la copa, ni en la suavidad con que se desliza; porque acaba mordiendo como serpiente y envenenando como víbora.
Tus ojos verán alucinaciones, y tu mente imaginará estupideces.
Te parecerá estar durmiendo en alta mar, acostado sobre el mástil mayor. Y dirás: "Me han herido pero no me duele.
Me han golpeado, pero no lo siento. ¿Cuándo despertaré de este sueño para ir a buscar otro trago?"» (Proverbios 23:31-35). «También sacerdotes y profetas se tambalean por causa del vino, trastabillan por causa del licor; quedan aturdidos con el vino, tropiezan a causa del licor.
Cuando tienen visiones, titubean; cuando toman decisiones, vacilan» (Isaías 28:7).
fuente:conciencia.net
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