Es una arritmia hereditaria que provoca un latido muy rápido del corazón, de manera que la sangre no puede circular eficazmente; como consecuencia el paciente pierde el conocimiento y si el corazón no retoma su ritmo normal, puede morir en pocos minutos.
Su origen es genético y aunque no hay medicación para reducir los riesgos, sí puede implantarse desfibriladores; se estima que una de cada dos mil personas está afectada, aunque existen formas silentes de la enfermedad, por lo que el porcentaje, es superior.
Esta patología es conocida, sobre todo, por el fallecimiento de deportistas de élite, aunque no todas las muertes súbitas, tienen que ver con el Síndrome de Brugada como causa principal.
Los motivos de muerte súbita en deportistas son la miocardiopatía hipertrófica obstructiva, que produce un aumento del grosor de las paredes del corazón y la displasia arritmogénica del ventrículo derecho, que se caracteriza por la atrofia muscular y por la presencia de tejido adiposo en el ventrículo derecho del corazón.
La actividad física ayuda a prevenir estas muertes, aunque existen señales de alerta, como pueden ser desvanecimientos, sensación de mareo o palpitaciones durante los entrenamientos, por lo que se considera necsario acudir a un especialista, para descartar un problema cardíaco.
fuente:Nutrición pro
