Elegir el lugar donde tú y tu esposo pasarán la luna de miel es una de las tareas más excitantes -y por qué no democráticas- de la planificación de la boda.
Para el viaje de bodas hay que tener en cuenta los gustos y preferencias de ambos: se trata de la culminación de la celebración nupcial, una experiencia inolvidable que sólo debe estar poblada de buenos momentos. Y no importa si cuentas con un buen presupuesto o con poco dinero, porque en ambos casos se puede pasar una luna de miel fabulosa.
Europa nos ofrece destinos fantásticos: lugares clásicos para la luna de miel como París o Venecia jamás perderán su encanto, y son los ideales para los novios más románticos y soñadores.
Además, el continente sorprende con decenas de destinos para todos los gustos; desde las más hermosas playas a magníficas estaciones de esquí.
Si quieren trasladarse un poco más, el Nuevo Continente tiene opciones interesantísimas: desde el encanto de Brasil, presente en sus playas y su gente; Argentina, con paisajes encantadores como las cataratas del Iguazú, los glaciares de la Patagonia y la sofisticación de Buenos Aires; y el Caribe, con muchísimas playas de arena dorada, mar turquesa y un ambiente siempre cálido y acogedor.
Para novios que no están dispuestos a despegarse de las comodidades de las grandes ciudades, Norteamérica les reserva opciones como Nueva York, un paraíso de las compras y actividades culturales, que reúne la mejor cartelera teatral del mundo; o California, una combinación perfecta de urbanismo y bellos paisajes.
¿Y las islas del Pacífico? Para los bolsillos más holgados, viajar a la Polinesia es la mejor opción: la belleza de Tahití, Moorea y Bora Bora es indescriptible, y una experiencia que jamás se podrá olvidar.
fuente:femenino net
