Fuente Periódico el Nacional
El doctor José Hazim Frappier, empresario y candidato a senador
del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), aseguró hoy que ninguna nación
u organismo internacional puede objetarle a República Dominicana que tenga
control migratorio de sus fronteras y de los extranjeros ilegales que vivan en
su territorio.
El exsenador entiende que República Dominicana
es benévola con los extranjeros, porque el gobierno del presidente Danilo
Medina aplica el Plan de Regularización de una manera humana, sin maltratar a
nadie, sean haitianos o no, y se les ha dado las oportunidades a todos los que
residen de manera ilegal y legal.
“Absolutamente
nadie puede regatearle a la República Dominicana que aplique su Plan de
Regularización, hemos tomado el toro por los cuernos en materia migratoria y el
Gobierno hizo bien con decir estas son mis leyes y aquí se va aplicar estas
condiciones”, señaló el ex senador por San Pedro de Macorís en torno a las
presiones internacionales y sobre la visita al país que hizo una misión de la
Organización de Estados Americanos (OEA).
En visita al
subdirector de El Nacional, Bolívar Díaz Gómez, Hazim Frappier explicó que se
le dio la oportunidad a todos para que puedan regularizar su estatus, pero “el
que no lo hizo sabe que tendrá que abandonar el país, porque hay que tomar
control de lo que tenemos”.
“No puede
haber un país civilizado, que viva en este siglo que no tenga control de su
propia frontera”, manifestó.
Y argumentó:
“oh, ¿y nuestros ilegales no nos los sacan de Estados Unidos, de Puerto Rico, y
de países de Europa?, a los haitianos los sacan de Brasil cuando están ilegales
y las islas del Caribe, entonces ¿Por qué la República Dominicana no lo puede
hacer?”
“¿En base a
qué tenemos que tener extranjeros ilegales sin control?, por eso yo apoyo las
medidas que adopta en materia de migración el Gobierno dominicano, que se hace
de manera humana y sin maltratos”, agregó el miembro del Directorio
Presidencial del PRSC.
Hazim
Frappier negó que República Dominicana haga deportaciones masivas y con
maltratos a los ilegales, como denunció Haití en la OEA y por lo que ese país
le pidió una intervención.