POR BENJAMIN SILVA
Ocurre que en la mañana del 18 de Octubre de aquel 1963, se reunieron para una Sesión Extraordinaria los señores regidores Abraham Núñez (Presidente), Rufino Rosa (Vice-presidente), David Escotto Veloz y Augusto Bron, asistidos por la secretaria Clara Emilia Pérez Vigay.
De acuerdo al contenido del Acta 49-63 de la fecha, el señor Presidente expresó que el motivo de esa Sesión Extraordinaria era “conocer la renuncia irrevocable de los miembros aquí presentes de este Concejo Edilicio”. Luego del correspondiente intercambio de impresiones, la secretaria pasó a leer lo acordado por la Sala Capitular :
“1ro.: Repudiar de la manera más enérgica el golpe militar que derrocó al gobierno constitucional del Presidente Juan Bosch.
2do.: Reclamar la vuelta más pronta a la constitucionalidad, en interés de evitar las consecuencias fatales que necesariamente conllevarán al estado actual de cosas.
3ro.: Como consecuencia de las circunstancias los regidores suscribientes presentamos formal e irrevocable renuncia de nuestras funciones, hasta tanto perdure el estado de hechos imperantes.
4to.: Recomendamos a los demás ayuntamientos, tomar una actitud de decoro, patriotismo y vergüenza similar a la de este ayuntamiento.
Nota: El regidor Luis Elpidio Madrigal aparece su nombre en la presente comunicación, pero no la firmó por no compartir la idea de renunciar como regidor”. Hasta ahí esa parte de la resolución.
Una semana después de aquella histórica decisión, es decir el 25 de octubre, justo un mes después de aquel fatídico golpe, el ayuntamiento petromacorisano “inauguraba” nuevos regidores: el Dr. Enrique Rivera Bernard, Don Luis Brugal Montoya y Nicolás Mercedes y un nuevo síndico: Ramón Santiago De Wint, que sustituyó al también renunciante señor Pedro Albizu Reyes.
Como puede apreciarse, creo que la actitud tomada por aquellos regidores frente al golpe septembrino hay que resaltarla. Uno de los renunciantes, Don David Escotto Veloz, fue elegido síndico en 1966 y diputado en 1982, y fue pieza importante en la creación de la Ley 204, de 1984, que declara el 27 de Septiembre como Día Nacional de la Biblia.
