25 jul 2012

La Comunidad de Macao, entre luces y sombras

ESCRITO POR ESCARLET HERNÃNDEZ
2 millones de metros de playa de arena blanca y agua turquesa, turistas de todas partes del mundo, que llegan con las diferentes excursiones, pequeñas embarcaciones de pesca reposan en la arena, y el aroma a pescado frito que expiden los diferentes tarantines, convierten a la playa de Macao y a su comunidad en un lugar muy pintoresco. Imagen que muestra el contraste existente entre la riqueza natural que poseemos y la pobreza que exhibimos. Ubicada en la zona norte de Punta Cana, con una población aproximada de 500 habitantes, el asentamiento de la comunidad de Macao se remonta al año 1906 y dicen que su nombre fue otorgado en honor a un cacique indígena llamado Macao que habitaba la zona. La UNESCO declaró la playa de Macao como una de las mejores del Caribe. De exuberante belleza, este paraíso tropical recibe a una gran cantidad de turistas cada año, pero a pesar de todas estas bondades el desorden y la contaminación también se han hecho presentes. Andrés Guilamo, presidente por más de 16 años de la junta de vecinos expresó que se han logrado varios objetivos, entre ellos el suministro de energía eléctrica por parte de la empresa generadora CEMP, ya que antes sólo contaban con el servicio de EDESTE, por demás deficiente y que obligaba a la comunidad a pasar largas jornadas sin suministro energético, el cese de la extracción indiscriminada de arena que ponía en peligro la playa, y el más importante de los logros, que la playa de Macao continúe siendo pública para el beneficio de los munícipes. Sin embargo, Guilamo se queja de que el lugar se ha convertido en un mercado. A su juicio una asociación no determinada se ha adueñado de la playa: “Hay un grupo que formó una asociación para hacerse dueños y señores y si una persona de la comunidad quiere acceder a la playa para vender algún producto tiene que pagarles un derecho. Sin embargo los que luchamos para que la playa siguiera siendo pública, no recibimos ningún beneficio”-. Expresó. En otro orden dijo que uno de los principales problemas que aqueja a la comunidad es el ruido que producen los Bugguies de las diferentes excursiones: “Esa gente nos están volviendo locos, necesitamos que por lo menos le pongan un silenciador. Los pobladores de Macao están sufriendo de dolor de oído y de cabeza. Vamos a terminar con los oídos reventados y los pulmones afectados por esos aparatos”. Guilamo, reconoce que el ayuntamiento está cumpliendo con la recogida de basura en el sector y en cuanto al suministro de agua nos dijo: “Vino una compañía que dizque iba a poner el agua, desbarataron la calle recién asfaltada y la dejaron así, hace dos años que se fueron y aun no terminan de instalar la tubería. Queremos hacer un llamado a las nuevas autoridades para que tomen medidas en el asunto”. Mediante un sondeo con amas de casa y comerciantes del sector resumimos las principales demandas de los munícipes para el buen manejo de la playa: Que los vendedores ambulantes sean debidamente regulados y organizados. Baños para los turistas y duchas que le permitan retirarse el agua salada. La presencia de guarda vidas y la colocación de banderas rojas en los puntos donde hay corrientes marinas para evitar ahogamientos, según moradores sólo lo hacen en semana santa. La regulación de los vehículos de transporte, Bugguies y Four Wheels, en cuanto a las aéreas de parqueo, la velocidad con la que transitan, el ruido y humo que expiden que afecta a turistas y nacionales, convirtiéndose en los principales factores de contaminación acústica, atmosférica y visual de la zona. Carlos Maldonado, mejor conocido como “ElVale”, es un pescador que tiene 34 años en la playa de Macao y es propietario de uno de los tantos tarantines que ofrecen pescado frito, mariscos y bebidas a turistas y nacionales, dice que ha podido mantener a sus 8 hijos gracias a su negocio construido con hojas de zinc y palos de madera. Afirmó que el Ministerio de Turismo y el Ayuntamiento se encargan de mantener la playa limpia, mientras que la Marina de Guerra se ocupa de la seguridad. Maldonado aseguró que los negocios como el suyo no pagan ningún tipo de arbitrio al Ayuntamiento Municipal. “Esa gente [los buggies de las excursiones] nos están volviendo locos, necesitamos que le pongan un silenciador”. Al final del recorrido nos quedó una interrogante, ¿porqué una asociación “x” cobra a los munícipes por el uso comercial de la playa, cuando esa función se supone le corresponde al Ayuntamiento a fin de regular esta actividad y recaudar recursos que puedan ser utilizados en el mejoramiento de la playa y servicios a la comunidad? Es importante reconocer la labor que desempeñan en Macao, El Ministerio de Turismo, La Marina de Guerra y el Ayuntamiento Municipal, sin embargo aún falta mucho por hacer para que sus moradores tengan una mejor calidad de vida y los turista que visitan la zona se vayan satisfechos y con deseos de regresar.