1 dic 2011

Macoris del Mar: el golpe militar De USA a Henríquez y Carvajal



Por Ramón Perdomo


Francisco Henríquez y Carvajal
El pasado 29 de noviembre del año que transcurre (2011), se cumplieron 95 del golpe de estado militar propinado por Estados Unidos al gobierno dominicano presidido por el Doctor Francisco Henríquez y Carvajal en 1916.
San Pedro de Macorís. (Atanay.Com).-La historia dominicana registra que para julio de 1916, los distintos partidos políticos que convivían en el país, se habían puesto de acuerdo para colocar en la presidencia de la República al insigne intelectual dominicano Dr. Francisco Henríquez y Carvajal, a raíz de la renuncia repentina de Juan Isidro Jiménez, quien había sido elegido en ese mismo año, de la que algunos dicen —la renuncia— que hubo de hacerla por presiones recibidas de parte del gobernante de turno de los Estados Unidos Woodrow Wilson.

El congreso dominicano, a unanimidad, pero ya con la presencia de las tropas militares en el territorio nacional, sus legisladores se pusieron de acuerdo, y decidieron nombrar en sustitución de Jiménez al Doctor Francisco Henríquez y Carvajal, quien se encontraba residiendo en la ciudad de Santiago de Cuba y regresó al país para ocupar la primera magistratura, formando un gabinete compuesto por ciudadanos de relevancia y de las distintas corrientes políticas caudillistas que dominaban en la época: horacistas, jimenistas, y velazquistas.

Entre los miembros de dicho gabinete, fue designado Eladio Sánchez, destacado profesional de la agrimensuría en la Sultana del Este, y quien había ocupado el cargo de Gobernador y Diputado en esta provincia. Pertenecía al Partido Progresista de Federico Velázquez y gozaba de una gran reputación; fue nombrado en dicho gobierno de Henríquez y Carvajal Secretario de Agricultura e inmigración, cargo que desempeñó hasta que las tropas interventoras norteamericanas asaltaron el Palacio Presidencial desalojando del mismo al presidente legítimamente elegido por el Congreso Dominicano.

A partir del 29 de noviembre de 1916, los invasores fueron ocupando cada uno de los pueblos importantes, con la intención de dominar hegemónicamente el país, suprimieron muchas libertades a los ciudadanos sin importar su condición social, amordazaron la prensa nacional, fueron cerradas en 1917 las escuelas Normalistas, que habían sido fundadas por el educador puertorriqueño Eugenio María de Hostos. Pero San Pedro de Macoris, para ese mismo año (1916) no es ocupada militarmente debido a una jugada estratégica del mando militar intervencionista y al respecto, el intelectual Max Henríquez Ureña (hijo del presidente depuesto por el ejército invasor) en su libro Los Yanquis en Santo Domingo dice:

“…San Pedro de Macoris, única población de importancia que hasta ese momento no había sido ocupada por las tropas americanas. Sin duda por ser Macoris una zona donde existen muchos ingenios productores de azúcar, se temió que cualquier agitación que ocurriese con motivo del desembarco de las fuerzas de ocupación provocase algún entorpecimiento en la zafra”. Esto así, porque para 1916 momento del golpe militar estadounidense, de los siete ingenios que existían en San Pedro de Macoris, solo dos no eran de capital norteamericano, pero sí de capital extranjero, ya que sus propietarios eran italianos.

En actas del ayuntamiento de San Pedro de Macoris de la época, se deja sentado que las autoridades militares ocupacionistas, solicitaron a la Policía Municipal, a través del jefe militar extranjero en la localidad, iniciar una especie de operativo para desarmar la población civil, esto con la intención de evitar nuevos ataques a las tropas interventoras. Pero fueron más lejos, solicitaron al presidente de la Sala Capitular, el señor Julio Aybar, la entrega de la nomina de los empleados de esa institución edilicia, y el jefe de la misión militar también solicitó al propio presidente Aybar, la entrega del carro Ford propiedad del ayuntamiento, y más aun que se lo entregara dotado de la gasolina correspondiente. A continuación transcripción del informe verbal hecho a la sala capitular por el presidente de la misma, según consta en el acta del 19 de enero de 1919:

“El presidente comunicó a la sala que el mayor Sallady, jefe de las Fuerzas de Ocupación de la Provincia, le había exigido la entrega del carro automóvil de ¿…?, para servicio de las tropas, que él le había manifestado que ese carro estaba pendiente de un litigio judicial con el señor Arturo Zens, pero que el mayor le significó que ello no era impedimento ninguno y que necesitaba el carro de cualquier modo. Que al día siguiente solicitó un chauffeur (chofer. RP) y cajas de gasolina para el carro”…La sala capitular por su parte aprobó tal acto por considerarlo de fuera mayor.

Al ser destituido a la fuerza por el gobierno de los Estados Unidos, y echado del Palacio Presidencial el Dr. Francisco Henríquez y Carvajal, este decidió salir del país y regresar a Santiago de Cuba, de donde había venido para ocupar la primera magistratura, tomando una embarcación que lo llevaría desde República Dominicana a Puerto Rico, pero uno de los pueblos en donde hizo escala fue San Pedro de Macoris y leamos a continuación lo que dice su hijo Max Henríquez en el libro ya citado:

“…El pueblo acudió a demostrar su simpatía al Presidente Henríquez, y el ayuntamiento le hizo una brillante recepción. Macoris era en ese momento, todavía, un jirón de tierra libre en la patria dominicana. El presidente del ayuntamiento (Julio Aybar. RP), en las palabras que pronunció al saludar al presidente Henríquez, hizo referencia a un hecho…”. Según consta en el acta de una sesión celebrada el 11 de diciembre del 1916, la sala capitular votó una resolución donde daba el nombre a calle de Presidente Henríquez y Carvajal.

Y no era para menos, mostrar San Pedro de Macoris, amor y respeto al presidente destituido, no solo por ser un gran intelectual y civilista dominicano, sino porque devolvía con gratitud las gestiones que había hecho el humanista para la instalación en esta ciudad de la Escuela Normal para Señoritas, la que dirigió Anacaona Moscoso y su hermana, y las que a su vez habían sido alumnas de Doña Salomé Ureña, esposa fenecida del presidente expulsado del palacio por las tropas militares estadounidenses.

El hecho que mencionó el presidente de la Sala Capitular en su discurso, tiene que ver con la solicitud que Henríquez y Carvajal hiciera a través del señor Eliseo Sánchez al ayuntamiento de San Pedro de Macoris, para que este organismo municipal, entregara a titulo de prestamos 2 mil pesos al gobierno dominicano, los que serian usados por el presidente destituido para pagar parte de la deuda al gobierno estadounidense, sin embargo, agradeciendo el gesto del ayuntamiento, Henríquez y Carvajal devolvió el dinero, porque había usado de sus fondos personales para el pago de dicho compromiso.

A partir de 1917 año de la llegada de las tropas a esta ciudad, hasta su partida en 1924, San Pedro de Macoris, y así lo demuestran las páginas de la historia, no se mantuvo genuflexa a los invasores, pese a la presencia en cinco de los siete ingenios de la inversión norteamericana: Gregorio Urbano Gilbert, siendo aun un joven arremetió con un revolver contra un oficial de las fuerzas interventoras, los campesinos despojados de sus tierras con artimañas por las empresas agroindustriales se fueron a los montes y de ahí los gavilleros, un empresario como el señor Santiago Ricart Lamarche, enfrenta a un oficial de la armada americana, y de ahí en adelante se desata una crisis tanto en el ayuntamiento como en el Cuerpo de Bomberos.