22 nov 2011

¿Cuánto vale su vida?



MIENTRAS en Europa se sacrificaba un sinnúmero de vidas en la I Guerra Mundial, en la Antártida se hacían grandes esfuerzos por salvarlas. El explorador angloirlandés Ernest Shackleton y sus compañeros sufrieron una catástrofe cuando su embarcación, el Endurance, quedó atrapada en el hielo y se hundió. Shackleton logró llevar a sus hombres a un lugar relativamente seguro: la isla Elephant, en el Atlántico sur. Aun así, corrían un grave peligro.

Shackleton sabía que su única esperanza de sobrevivir era buscar ayuda en un puerto ballenero de las islas Georgias del Sur, a 1.100 kilómetros de distancia. El explorador solo tenía un bote salvavidas de siete metros que había rescatado del Endurance, por lo que sus perspectivas no eran buenas.

Los hombres que se quedaron confiaban en que Shackleton cumpliría su promesa de rescatarlos

El 10 de mayo de 1916, tras diecisiete angustiosos días, Shackleton y algunos miembros de su tripulación llegaron a las Georgias del Sur; sin embargo, las terribles condiciones del mar los obligaron a atracar en el lado opuesto de la isla. Tuvieron que caminar 30 kilómetros a través de desconocidas montañas cubiertas de nieve para llegar a su destino final. A pesar de todos los obstáculos —a temperaturas bajo cero y sin el equipo apropiado para escalar—, lo lograron, y finalmente se rescató a todos los hombres de la isla Elephant. ¿Por qué se esforzó tanto Shackleton? “Su único objetivo —escribe el biógrafo Roland Huntford— era salvar a todos sus hombres.”

“Ninguna de ellas falta”

¿Qué impidió que los hombres de Shackleton cedieran a la desesperación total mientras esperaban acurrucados en lo que tan solo era “una sombría e inaccesible roca congelada que medía 30 kilómetros de un extremo al otro”? La confianza en que su líder cumpliría su promesa de rescatarlos.

La situación de la humanidad hoy día es muy parecida a la de aquellos hombres aislados en la isla Elephant. Muchas personas viven en condiciones extremadamente adversas, luchando para sobrevivir. No obstante, tienen la plena confianza de que Dios “librará al afligido” de la opresión y la angustia (Job 36:15). Tenga la seguridad de que Dios considera valiosa la vida de toda persona. “Llámame en el día de angustia —dice Jehová Dios, el Creador—. Yo te libraré.” (Salmo 50:15.)

¿Le cuesta creer que el Creador lo considera a usted valioso, entre los miles de millones de personas del planeta? Pues entonces observe lo que escribió el profeta Isaías acerca de los miles de millones de estrellas que se hallan en los miles de millones de galaxias del vasto universo: “Levanten los ojos a lo alto y vean. ¿Quién ha creado estas cosas? Es Aquel que saca el ejército de ellas aun por número, todas las cuales él llama aun por nombre. Debido a la abundancia de energía dinámica, porque él también es vigoroso en poder, ninguna de ellas falta” (Isaías 40:26).

¿Captamos el significado de esas palabras? Nuestra galaxia, la Vía Láctea, de la que forma parte nuestro sistema solar, contiene por lo menos 100.000 millones de estrellas. ¿Y cuántas otras galaxias existen? Nadie sabe con exactitud, pero se calcula que hay unos 125.000 millones. ¡Qué enorme cantidad de estrellas! No obstante, la Biblia nos dice que el Creador del universo conoce a cada estrella por nombre
fuente:revista la atalaya