
Cuando dormimos nuestra mente descansa y perdemos la conciencia. Cuando entramos en esta fase del mundo de los sueños es cuando podemos sumergirnos en los sueños eróticos y las fantasías sexuales.
Esta pérdida de conciencia en algunos casos tiene una expresión distinta que es la del sonambulismo, es decir, una alteración del sueño en la que por la noche una persona es capaz de andar, hablar y no recordar nada cuando se despierta.
Relacionado con el sonambulismo nos encontramos con un concepto más ‘sexual’: el sexsomnio. Se define como el tener contacto sexual con otra persona mientras se sigue durmiendo en la fase más profunda del sueño. Es decir, tenemos sexsomnio cuando hacemos realidad los sueños eróticos que podamos tener y sin ser conscientes de ello.
Cuando mantenemos relaciones con una persona sexsomne en plena fase del sueño, lo normal es que al día siguiente no recuerde nada de lo sucedido. Los estudios médicos que se han hecho acerca de este tema indican que cualquiera que duerma profundamente, sufra estrés o haya tomado alcohol o drogas y, además, genéticamente esté predispuesto a ello puede acabar siendo sexsomne.
Este problema puede tener consecuencias importantes para quienes lo padecen porque, en su inconsciencia, a la hora de dormir pueden llegar a tener sexo con personas no conocidas. La vergüenza y el sentimiento de culpa pueden acabar dominando su vida.
De todos modos, debemos decir que la sexsomnia implica todo tipo de relaciones sexuales, desde las caricias a la masturbación pasando por el coito completo. Además, existen diferentes variantes dentro de este trastorno, como el síndrome de Kleine-Levin, que produce fuertes ataques de somnolencia a quien lo padece,
fuente:sexologia info