4 jun 2011
Ejercicio físico
El ejercicio físico es cualquier movimiento corporal repetido y destinado a conservar la salud o recobrarla. A menudo también es dirigido hacia el mejoramiento de la capacidad atlética y/o la habilidad. El ejercicio físico frecuente y regular es un componente necesario en la prevención de algunas enfermedades como problemas cardíacos, enfermedades cardiovasculares, Diabetes mellitus tipo 2, sobrepeso, dolores de espalda, entre otros.
El ejercicio físico se debe practicar con mesura y de forma equilibrada, prestando atención a los cambios físicos internos para aprender a comprender la relación causa-efecto entre el movimiento físico concreto y su efecto directo con los cambios internos percibidos.
Recomendable porque puede llevar a un desgaste físico de ciertas partes del cuerpo. Por eso, cabe insistir en el equilibrio de fuerzas, tanto internas como externas, y a ello ayuda el autoconocimiento mediante un crítico autoanálisis (autoexámenes de conciencia mientras se desarrolla la actividad física).
El ejercicio físico es necesario para una salud equilibrada; además, debe complementarse con una dieta equilibrada y una adecuada calidad de vida(Ortega, G. 2007,pps). Sus beneficios pueden resumirse en los siguientes puntos:)
Aumenta la vitalidad, por lo que proporciona más energía y capacidad de trabajo.
Auxilia en el combate del estrés, ansiedad y depresión.
Incrementa autoestima y autoimagen.
Mejora tono muscular y resistencia a la fatiga.
Facilita la relajación y disminuye la tensión.
Quema calorías, ayudando a perder peso excesivo o a mantenerse en el peso ideal.
Ayuda a conciliar el sueño.
Fomenta la convivencia entre amigos y familiares, además de dar la oportunidad de conocer gente.
Reduce la violencia en personas muy temperamentales.
Favorece estilos de vida sin tabaco, alcohol y drogas.
Mejora la respuesta sexual.
Atenúa la sensación de aislamiento y soledad entre ancianos.
Fortalece los pulmones y con ello mejora la circulación de oxígeno en la sangre.
Disminuye el colesterol y riesgo de infarto, y regulariza la tensión arterial.
Es eficaz en el tratamiento de la depresión.
Estimula la liberación de endorfinas, las llamadas "hormonas de la felicidad".
Permite una distracción momentánea de las preocupaciones, con lo que se obtiene tranquilidad y mayor claridad para enfrentarlas más adelante.[2]
La cantidad mínima para prevenir enfermedades es de 30 minutos diarios de actividad física moderada. Otros hábitos que deben combinarse con la realización de ejercicios son: la buena alimentación, el descanso adecuado, la higiene y evitar el consumo de sustancias perjudiciales para el organismo, como el tabaco, el alcohol y otros estimulantes.