9 ago 2010

Seis beneficios del mar


Se sabe que el ocio sin culpa es una de las terapias más saludables para el estado general del organismo. Y el ocio sin culpa es lo que hace cuando se ve pasar la vida desde debajo de una sombrilla.

Sin embargo, se puede hacer algo aún más placentero y beneficioso: aprovechar las características únicas del ambiente marino para producir cambios profundos en su cuerpo, cambios beneficiosos que influirán, sin duda alguna, en el duro año de actividad que le espera a su regreso del “paraíso”.


1- Acné severo: ¿problemas de piel? Después del baño seque al sol sin quitarse la sal. El agua de mar desinfecta, los rayos ultravioleta también.

Y potencia el efecto de los oligoelementos: los forúnculos se secan y los problemas de la piel mejoran, incluso el acné y la psoriasis.

2- Algas: un refrescante masaje post-solar. Las algas del mar no tienen grandes propiedades. Pero si se encuentra alguna entera, larga y verde, redondéela con las manos y úsela como esponja: refresca la piel estresada por el sol y ayuda a reactivar la circulación sanguínea.

3- Auagym: para tonificarse y eliminar las grasa. En el agua la gimnasia es más eficaz que en el gimnasio. Y menos traumatizante.

Entonces practique cinco minutos sumergido hasta la espalda. ¿Suena cansador? Sumérjase entonces solo hasta la cintura y estire una pierna hacia adelante y hacia atrás, cinco veces por pierna.

4- Aire: a todo pulmón para quemar más calorías. El aire de mar está cargado de sales: yodo, sodio, magnesio, cloro, flúor. Hace bien al sistema endocrino, acelera el metabolismo, quema más calorías.

La salinidad es también un potente bactericida. Finalmente, si hay “bandera roja” respire a todo pulmón. Una clave: lo ayudara a no engordar.

5- Aromas: el del mar le hará sentir mejor. Un estudio ingles ha demostrado que el aire saldado ayuda a relajarse. En la playa, relájese “inhalando”: tenga un poco de algas cerca de la nariz, respire profundo con los ojos cerrados, y perciba el perfume del mar.

6- Escuchar: relajado los sentidos de la playa. Relájese con los oídos. Acuéstese sobre la cama y concentres con los ojos cerrados en los sonidos naturales.

Libere la mente y fantasee: imagine una historia partiendo del rumor que más le llame la atención y dele un rumbo diferente a la historia con cada nuevo sonido. Es una fantasía “guiada” más relajada.
fuente:femenino.info