
Neurobiólogos argentinos descubrieron una manera de ayudar a reactivar las memorias que aparentemente habían olvidado, aprovechando el estrés que genera el frío.
De acuerdo con los experimentos, el estrés repentino provocado por algún hecho especial, en el caso de este experimento un frío intenso, puede permitir que las personas recuerden con más facilidad algunos hechos del pasado que se creían olvidados.
Los expertos del Laboratorio de Neurobiología de la Memoria ya habían realizado el descubrimiento en animales, pero ahora confirmaron su teoría en personas.